lunes, 11 de mayo de 2009

Coches de bodas

Lo primero que esperan los invitados impacientes en la iglesia es ver aparecer el coche que trae a la novia. Es un momento único y muy simbólico. Así que no paséis por alto este punto. Por eso este debe estar muy bien decorado, con flores escogidas al gusto de los novios.












El conductor del coche de novios.

Es habitual que el que conduzca el coche de bodas a la iglesia sea el padre de la novia. Pero puede igualmente conducirlo algún testigo o familiar. Es esta persona la que tiene el privilegio de traer a la novia. Os recomendamos que el conductor sepa perfectamente con antelación el recorrido de la casa de la novia a la iglesia, así como la recepción o banquete para evitar cualquier tipo de imprevisto.

La tradición dice que la novia debe de llegar justo después de que todos los invitados estén ya sentados en la iglesia, y el novio en el altar, junto los padrinos de ceremonia y el sacerdote que va a realizar la ceremonia. Normalmente el coche se detiene en la fachada de la iglesia. La novia baja del coche y entra a la iglesia donde todos los invitados esperan expectantes para disfrutar de vuestra magnífica ceremonia.


Algunas novias sueñan con llegar al gran día en un antiguo carruaje de Cenicienta. A falta de carroza de cuento de hadas lo que más se acerca a ella es un coche antiguo de esos de principio de siglo que de alguna manera logra sostener el cuento en pie. Pero en los tiempos que corren y dado que muchas parejas deben comenzar a reducir gastos, muchas novias optan por hacer a un lado el sueño para apoyar los pies sobre la tierra.

Para comenzar, los coches clásicos que también son llamados “vehículos emblemáticos o representativos” de una época. Por lo general, son autos antiguos y en algunos casos hasta históricos y representan como ningún otro el espíritu de las bodas más románticas. Por supuesto, además son glamorosos y elegantes. Dentro de esta categoría están los más modernos, que incluso cuentan con sistema de aire acondicionado, y los más viejos a los que no les podemos pedir grandes comodidades.
Subiendo un escalón hay dos opciones: los coches ejecutivos y las limusinas. En cuanto a los primeros, son confortables, lujosos y por lo general económicos, algo que no sucede con las limosinas, que son caras aunque muy atractivas pues cuentan con barra de bar, televisor y capacidad para 10 personas, entre otras cosas. Claro que hay que tener en cuenta la económia de la que podra disponer la pareja.

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